El ahorro de agua en los sistemas con cisterna de descarga

Las acciones que realizamos cada día, desde las más sencillas hasta las más complejas, también pueden evaluarse desde el punto de vista de su impacto medioambiental.

Si nos centramos en las más comunes, nos preocupamos, por ejemplo, en cerrar el grifo cuando nos lavamos los dientes, apagar las luces cuando no son necesarias o hacer la colada en las horas de menor consumo.

Pero a menudo se pasa por alto una acción que tiene un impacto significativo, todos los días del año, en nuestro consumo, y es cuando vamos al baño y "apretamos el botón".

Si consideramos una familia de cuatro miembros, ¿qué impacto puede tener una acción de este tipo en términos de consumo de agua?

Consumo doméstico

¿Cuántos metros cúbicos se ahorran, por ejemplo, reduciendo el volumen de descarga de 9 a 6 litros, en lugar de 4, y cómo puede reducirse el consumo de agua sin afectar a la higiene del cuarto de baño?

Elegir una cisterna de inodoro de bajo consumo de agua tiene una enorme repercusión en el consumo de una familia: una elección acertada puede suponer un ahorro económico concreto, además de contribuir a la protección de los recursos.

Analizando la situación anterior, veamos primero cuánta agua utiliza la familia en cuestión durante un día normal. Supongamos que cada miembro de la familia utiliza el inodoro tres veces al día, con una descarga total y dos parciales.

¿Cuánto consume hoy una cisterna de inodoro?

Dado que los volúmenes típicos de los modelos rondan principalmente los 6 litros para la descarga completa y 3 litros para la descarga media, cada miembro de la familia utilizará (6 l x 1 + 3 l x 2) = 12 litros de agua al día; así, en un día la familia del ejemplo utiliza una media de 4 x 12 = 48 litros de agua, que en un mes serán 48 l/día x 30 días = 1.440 litros; considerando el consumo diario, también podemos calcular la necesidad anual, 17.520 litros, o lo que es lo mismo, 17,5 m³ de agua al año por núcleo familiar.

Si consideramos las cisternas de descarga más antiguas, medimos un consumo de hasta 9 litros para la descarga total, y podemos calcular fácilmente que el mismo grupo de personas consumiría más de 26.000 litros de agua en un año.

Tropea S variantes

Entonces, ¿cuál es realmente la diferencia con respecto a la versión de 6/3 litros? En un año, esta diferencia alcanza casi los 10.000 litros de agua potable, es decir, el inodoro "consume" en un año dos veces y media la cantidad de agua que utilizaría una cisterna más eficiente; y, obviamente, los costes también se multiplican por dos veces y media.

Es un consumo que nos hace reflexionar, sobre todo porque en la mayoría de los casos se utiliza agua potable; pero ¿cómo se podría, desde un punto de vista técnico o práctico, reducir ese consumo?

A lo largo de los años, distintas empresas del sector han desarrollado soluciones tecnológicas que permiten un importante ahorro de agua, a la vez que garantizan una limpieza adecuada del inodoro. Estas soluciones son principalmente el resultado de inversiones en investigación y desarrollo, realizadas tanto por los fabricantes de cerámica como por los fabricantes de sistemas de descarga, ya que se trata siempre de elementos que trabajan en simbiosis.

De hecho, hay cisternas de descarga que requieren 4 litros de agua para la descarga total, y solo 2 litros para la descarga parcial.

Considerando la versión de 4/2 litros, y calculando nuevamente el consumo anual de nuestra familia tipo, vemos que equivale a (4 personas x (4x1 + 2x2)) = 32 litros/día, que en un año pasarán a ser 32x365 = 11680 litros, es decir, 6.000 litros menos de agua que la versión de 6/3 litros, ya de por sí de alto rendimiento, y 15.000 litros menos de agua que la versión de 9/4,5 litros asumida como punto de partida. Evidentemente, una cisterna de descarga con estas características debe combinarse con una taza de inodoro que garantice una limpieza adecuada incluso con un volumen de agua muy reducido.